MOSCARIELLO: EL DIPUTADO DURACELL

Jueves 11 de diciembre. Inmediaciones de la Plaza de Mayo. Más exactamente, Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sesión Ordinaria de la Legislatura. Atardecer de un día agitado.

Oscar Moscariello emite su voto positivo a un acuerdo de cooperación entre la Ciudad y la provincia del Chubut. Los Diputados Cristian Ritondo y Daniel Amoroso no estaban en sus bancas. No podían, entonces, emitir su voto. Es así que pidieron a viva voz que el Presidente del Bloque PRO presionara el botón electrónico en su lugar para votar afirmatimativamente.

Moscariello lo hizo.

Majdalani, también...

Más tarde, de noche en la ciudad, se repitió la votación tercerizada. Se trataba la prórroga de la ley 2.548, de Promoción Especial de Protección Patrimonial. El Diputado Ritondo se paseaba por el recinto. Nuevamente, Moscariello votó por él.

El niño Mauricio se horrorizó, Santilli se enfureció...

Moscariello es el Diputado Duracell, VOTA HASTA SEIS VECES MÁS QUE LOS DIPUTADOS COMUNES.

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LA BASURA DE MACRI

La ley de Basura Cero comprende la reducción gradual de la cantidad de basura que los porteños producimos día tras día. Reducir el volumen de los residuos sólidos urbanos hasta una meta ideal es el objetivo final y da nombre a la Ley 1854.
La norma legal dispone la separación en origen (en cada casa), el posterior reciclado (para lo que se requiere un sistema de recolección diferenciado y específico) y, finalmente el aprovechamiento de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU).
Todo ello en absoluta armonía con el criterio ambiental para el tratamiento de los residuos que impera en las principales ciudades del mundo. La fracción orgánica de los residuos urbanos debe recibir también un tratamiento biológica y ambientalmente sostenible.
Es cierto que debe existir un compromiso de los vecinos y vecinas, pero el Estado debe ser el impulsor de esta nueva cultura.
El modelo de gestión de residuos de Macri provocará que la Ciudad siga contaminando en el conurbano. Y eso es PRO.
De hecho, ya escuchamos la confesión del Ministro Piccardo...
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